Quisiera compartir mi experiencia en la práctica de Bikram Hot Yoga.
Comencé a practicar Bikram en los primeros meses de 2015. Hago dos prácticas semanales en el centro Bikram Hot Yoga Rosales y estimo que desde entonces he realizado más de 360 sesiones de 90 minutos.
En enero de 2015 me animó a hacer yoga José Antonio Ruiz propietario del centro de yoga Bikram Hot Yoga Rosales de Madrid, yo he practicado deporte toda mi vida y nunca había prestado atención al Yoga por ignorancia pues pensaba que era un ejercicio para el espíritu y ahora sé que es un ejercicio para el cuerpo y el espíritu.
Recomiendo a los que aman el deporte, que practiquen durante un tiempo Bikram Yoga para que descubran la actividad más completa que puedan imaginar para fortalecer el cuerpo y la mente, no digo que abandonen su actividad favorita, pero si son auténticos deportistas se sentirán fascinados. Bikram Yoga es una actividad muy potente que necesita varias sesiones para aceptarla, da igual el deporte que practiques, Bikram Yoga es más potente y la practica semanal te permitirá mejorar los resultados de tu deporte favorito.
La sala en la que practico Bikram esta climatizada con una temperatura de 40ºC y humedad entre 40/50%, el aire es limpio y se respira intensa y agradablemente. He practicado en alguna otra sala y el ambiente era desagradable pues olía mal y respiraba con dificultad.
La ducha de agua fría a 10ºC es fundamental para terminar los ejercicios, para tonificar el organismo y dar equilibrio al espíritu, Bikram Hot Yoga Rosales, tiene durante todo el año el agua fría a 10ºC y cuando me ducho con esa temperatura entro en un estado de felicidad, también tiene agua caliente pero no la utilizo.
Los beneficios que recibo y las mejoras que he notado son:
Mis músculos más fuertes, además los ejercicios físicos en las 26 posturas son muy intensos y dan una buena configuración de las estructuras corporales.
Trabajo el equilibrio. Cuando comencé descubrí que mi capacidad para mantener el equilibrio era mínima y en la actualidad, la concentración y el fortalecimiento de los músculos y me permite controlar mi cuerpo.
Trabajo la concentración. La concentración es uno de los puntos vitales que se desarrollan y que se utiliza en todas las actividades diarias, profesionalmente me permite resolver los problemas en menos tiempo y con mejores soluciones.
Mejoro la flexibilidad, con los años las estructuras físicas del cuerpo pierden flexibilidad y se reduce la movilidad, en la actualidad mi cuerpo tiene la flexibilidad de un joven adolescente.
He mejorado la resistencia al esfuerzo, sigo practicado otros deportes y veo que he mejorado mis marcas de forma muy importante, hago mas tiempo de actividad y con mejores resultados comparándome con otros deportistas que conozco de años.
He mejorado mi capacidad respiratoria, los cambios y mejoras en el sistema respiratorio son fascinantes, controlo mejor la respiración y el ritmo cardíaco.
Elimino toxinas por sudoración pasiva. Durante la clase de 90 minutos pierdo más de 1 litro de líquido, lo que me permite eliminar las toxinas de los alimentos, las toxinas del estrés y las toxinas que produce el ejercicio. Durante las clases bebo agua y posteriormente en casa tomo agua y un batido de fruta para recuperar el liquido perdido y los minerales.
Controlo mejor mi ego, el yoga no es competitivo con el entorno, es una competición consigo mismo y el descubrir cada vez mis limitaciones me obliga a pensar que no soy mejor que nadie y que cada día tenemos que luchar y trabajar para ser mejores. Estos ejercicios obligan al ego a desaparecer durante las clases y aparecen menos el resto del tiempo.
Las energías agresivas de mi entorno me alteran menos, la capacidad de concentración me obliga a desconectar del entorno y centrarte en mi supervivencia, esa práctica la utilizo el resto del día y vivo mucho mejor, la agresividad de la calle y de la gente, la veo pero no me altera, en suma me encuentro mucho más tranquilo.
El último punto que quiero resaltar es mi relación con los profesores, todos son buenos, pero todos son distintos.
La practica son 26 posturas que se repiten 2 veces y el profesor mantiene durante los 90 minutos un diálogo que aparentemente es igual pero que en realidad es distinto, el tono de voz es distinto, el ritmo del diálogo es distinto, la personalidad que te transmite es distinta, incluso cada día un mismo profesor es distinto respecto a la última clase que te dieron.
Todos esos matices que tiene cada profesor son el reto para forjar el cuerpo y la mente, prácticamente no hay rutina cada clase es distinta y no existe zona de confort, uno de los valores de Bikram Yoga es que te obligan en cada clase a aceptar cambios que en condiciones normales te alterarían, pero en la filosofía Bikram los aceptas como parte de tu formación.
Quiero resaltar una circunstancia que me sorprende, el 80 por ciento de las personas que asisten a las clases son mujeres, y la única explicación que encuentro para justificar la ausencia de hombres es que ignoran las posibilidades del Bikram Yoga, o la dureza de los ejercicios les ha superado a los que lo han practicado alguna vez y lo han dejado.