Rendimiento de una caldera de vapor.- Las calderas de vapor pueden calentarse por combustión o electricidad.
Las calderas de combustión son las más extendidas desde mediados del pasado siglo pero su rendimiento y vida son muy bajos por los problemas que producen los componentes sólidos que transporta el agua que las alimenta.
Una caldera de combustión está formada por una cámara de combustión donde los diversos combustibles mediante la llama se convierten en calor, otra cámara que contiene el agua al calentarse se convierte en vapor.
Estas dos cámaras están separadas por una pared de acero y el calor pasa a través de esta pared.
Los minerales que contiene el agua se adhieren a la pared en la cámara de agua y residuos de combustión también se adhieren a la pared de acero en la cámara de combustión, la pared aumenta de grosor y se reduce la transmisión de calor reduciendo el rendimiento.
Cada dos años es habitual que se aporten productos químicos para limpiar las paredes y mejorar el rendimiento pero estos productos perjudican el acero y reducen la vida de la caldera.
Dentro de las calderas eléctricas hay dos opciones, las calderas sin cámara de vapor o con pequeña cámara de vapor y las calderas ETE que tienen una gran cámara de vapor para mejorar el rendimiento, evitar las averías y dar más vida a la caldera.
El tamaño de las calderas eléctricas ETE es varias veces superior a las calderas sin cámara o con pequeña cámara y lógicamente el precio de compra es superior aunque en pocos años se comprueba que las calderas ETE son más baratas al no tener averías, ni gastos de mantenimiento y la vida es de más de 30 años como es el caso de la que se puede ver en la fotografía.
El rendimiento de las calderas ETE es superior, en las calderas eléctricas sin cámara de vapor o con una pequeña cámara una parte importante del agua sale por las tuberías y se pierde por los purgadores de condensado reduciendo el rendimiento real.
Los técnicos de Europea Térmica Eléctrica calculan la potencia necesaria para cada proceso y lo habitual es que la potencia que proponen suele ser un 75% más baja que las calderas de combustión y eléctricas de otras marcas, con un importante ahorro en la compra.
El ahorro en la compra es muy elevado y también en la instalación, también existe un importante ahorro que suele ser superior al 50% en el consumo de energía, además se debe valorar la vida del equipo y las paradas de producción cuando existe una avería.