Estamos en el año 2017, hay que revisar y cambiar los procesos térmicos en las industrias para reducir los costos de producción, cambiando la caldera de vapor industrial de combustión por calderas eléctricas de vapor ETE.
En los últimos 14 años se ha producido un cambio en la generación de electricidad, se ha pasado de centrales térmicas con fuel, carbón o gas a producir electricidad sin depender de las energías combustibles. Ahora tenemos producción de electricidad con plantas fotovoltaicas, termosolares, nucleares, hidráulicas, eólicas.
El cambio en la generación de electricidad ha dejado de condicionar el costo de producción de los kwh por los precios de los hidrocarburos y el precio de la electricidad esta en los niveles de las energías combustibles y en muchos casos por debajo.
También se debe tomar en consideración que en la actualidad la capacidad de producir y transportar electricidad es el doble del consumo. Esta situación anima a las empresas distribuidoras de electricidad a hacer ofertas a las industrias con precios muy interesantes.
He comentado al principio que la solución es la instalación de calderas eléctricas industriales ETE y la razón es que se trata del fabricante mundial que tiene la tecnología más eficiente, segura y económica.
Cuando una industria se plantea mejorar los costos de producción modernizando y abaratando la producción, tiene que cambiar la filosofía de producción y distribución del calor.
Utilizando las calderas de vapor industrial ETE, se eliminan las redes de distribución, los intercambiadores y los sistemas de control, pues en cada punto de consumo se instalara la caldera con la potencia y temperatura de ese proceso.
En la actualidad las instalaciones de producción de calor están diseñadas con los principios que había en los años 60, en estos 54 años los cambios en las instalaciones de calor han sido mínimos, se produce el calor quemando combustibles, carbón, fuel, gasóleo, gas, biocombustibles y centralizando la producción de calor.
Es habitual que se instale una caldera de vapor industrial y por medio de diversas redes de tuberías se envíe el calor a cada punto de consumo. En cada punto de consumo se instala un intercambiador de calor y se da el servicio de calor a través del circuito secundario del intercambiador.
Podemos tener una caldera de vapor que trabaja a 180ºC las redes de tuberías para distribuir el vapor y varios puntos de consumo con sus intercambiadores de calor para diversas aplicaciones a 60ºC, 90ºC, 150ºC y servicio de calefacción para oficinas y naves. Estas son las instalaciones que se hacen en la actualidad y se hacían en los años 60.
Si tenemos un punto de consumo a 60ºC se instalara una caldera eléctrica a un metro del punto de consumo y se regula a 60ºC la caldera será de agua, para la proceso de 90ºC se hará lo mismo y para el de 150ºC se utilizara vapor o agua sobrecalentada, el servicio de calefacción para oficias y naves se hará con calderas de acumulación de calor que consumirán kwh de 0.05€.
Al eliminar las redes de distribución de calor se reduce el consumo en un 30% por las pérdidas de calor en tuberías.
El rendimiento de las calderas eléctricas ETE es del 100% y no es necesario sobredimensionar la potencia al no tener chimenea, los gastos de mantenimiento son prácticamente cero.
La vida de la caldera será de más de 30 años según las experiencias que vivimos con calderas que funcionan desde los años 80 manteniendo el rendimiento del 100%.
No es necesaria la instalación de dos calderas para cubrir los tiempos de mantenimiento.
No hay olores, gases, riesgos de incendio o explosión y sobre todo no hay emisiones de C02.
Solo se encenderán las calderas que necesiten para dar servicio a cada proceso puntual de calor.
Uno de los valores que aporta Europea Térmica Eléctrica a sus clientes es la ingeniería para calcular la potencia necesaria para cada proceso y el tipo de caldera de agua, caldera de agua sobrecalentada, caldera de vapor, caldera de fluido térmico o acumulador de calor en masa liquida.